La plantilla de Moventis TCC, empresa concesionaria del servicio de villavesas en la Comarca de Pamplona, ha decidido este viernes continuar con la huelga indefinida tras el ajustado resultado del referéndum celebrado a instancias de UGT y CCOO. De los 450 votos emitidos, 228 trabajadores optaron por seguir con los paros y 222 por firmar el preacuerdo de convenio alcanzado entre la dirección y parte del comité de empresa.
El resultado, que refleja la profunda división interna en la plantilla, frena la intención de la empresa de recuperar la normalidad en el servicio público de transporte urbano, afectado desde hace meses por los paros y movilizaciones.
El principio de acuerdo, anunciado por la dirección de Moventis TCC a comienzos de semana, incluía una serie de mejoras salariales y laborales: incremento de sueldos vinculado al IPC, abono de atrasos, aumento de pluses festivo y nocturno, y una jornada anual de 1.658 horas. Además, el convenio tendría vigencia hasta 2029, con la incorporación progresiva de días de asuntos propios —cuatro en 2026 y cinco en 2029—, así como mejoras en la conciliación familiar.
Según los cálculos de la compañía, los nuevos conductores alcanzarían los 36.000 euros anuales, con una media de 40.000 euros y jornadas inferiores a las 37 horas semanales, “un 30% por encima del convenio provincial del sector”. La dirección ha agradecido “la responsabilidad y disposición al diálogo mostradas por las partes” y ha apelado al compromiso de la plantilla “para ratificar el acuerdo y poner fin al conflicto”.
Sin embargo, sindicatos como ELA y LAB, también ATTU, rechazaban frontalmente el texto al considerar que “no garantiza avances reales” y que “mantiene condiciones injustas para la plantilla”.
ELA denunciaba este viernes justamente la “actitud inmovilista” de la dirección y ha recordado que sus principales reivindicaciones —como la mejora en el tratamiento de las bajas, la reducción de jornada, los descansos igualitarios o el plus nocturno de 10 euros/hora— han sido sistemáticamente rechazadas.“Estas propuestas no son excesivas, sino necesarias para mejorar el trabajo, la salud y la conciliación de la plantilla, lo que repercute directamente en la calidad del servicio público”, subraya el sindicato.
Con el resultado del referéndum, la plantilla de las villavesas mantiene la huelga indefinida y el pulso con la dirección de TCC, mientras los usuarios del transporte urbano seguirán sufriendo las consecuencias de un conflicto que, de momento, no encuentra salida.