El 52,5% de las personas cuidadoras en Navarra pertenece a la llamada “generación sándwich”, es decir, quienes atienden a un familiar mayor al mismo tiempo que cuidan de hijos o hijas a su cargo. Así lo revela el I Estudio del Observatorio Cinfa de los Cuidados, titulado “Radiografía de los cuidados familiares en la sociedad española”, elaborado por Laboratorios Cinfa con el aval de la Sociedad Española de Geriatría y Gerontología (SEGG).
La investigación, que analiza la situación de más de 3.200 personas cuidadoras en todo el país, señala además que nueve de cada diez navarros que ejercen este rol (91,4%) comparten las tareas con otros familiares, mientras que un 8,6% lo hace en solitario. En la mayoría de los casos, se trata de mujeres de unos 51 años que cuidan a su madre o padre, en muchos casos con algún grado de dependencia, y que deben compatibilizar esta labor con su trabajo profesional.
El Observatorio, presidido por la doctora Alicia López de Ocáriz, directora médica de Grupo Cinfa, nace con la vocación de dar visibilidad a las personas que cuidan de sus familiares y de analizar el impacto físico, mental y emocional que este rol tiene en sus vidas. “Queremos conocerlas, comprender su bienestar y saber si se sienten reconocidas y apoyadas. Cada forma de cuidar es válida y debe ser respetada”, subraya López de Ocáriz.
El estudio refleja también que el 64% de las personas cuidadoras navarras lleva más de dos años ejerciendo esta responsabilidad, dedicando una media de 22 horas semanales a la atención de su familiar. Siete de cada diez reconocen haber tenido que restar tiempo a otras actividades personales o familiares para poder atender correctamente a la persona a su cargo.
Entre las principales razones que motivan el cuidado, destacan la edad avanzada del familiar (42,5%), las enfermedades neurodegenerativas (20%) y la soledad (11,9%). La mayoría acompaña a su familiar a citas médicas, le presta apoyo emocional y le ayuda en gestiones diarias o tareas domésticas.
El estudio pone de relieve, además, que seis de cada diez personas cuidadoras en Navarra perciben este rol con luces y sombras: una mezcla de satisfacción y agotamiento. Para la mitad de ellas, la emoción predominante es la tranquilidad de saber que su familiar está bien atendido, seguida de la satisfacción de cuidar a un ser querido. Sin embargo, muchas también mencionan el cansancio físico y emocional o la sensación de estar siempre pendientes.
Cuatro de cada diez cuidadores navarros aseguran que su principal preocupación es el impacto que esta responsabilidad tiene en su vida familiar, mientras que otros muestran inquietud por quién asumirá los cuidados si ellos no pueden hacerlo. Aun así, ocho de cada diez reconocen que esta experiencia ha cambiado su forma de ver la vida, haciéndoles valorar más el tiempo, las pequeñas cosas y el papel de los vínculos personales.
El presidente de la SEGG, Francisco José Tarazona Santabalbina, destaca que este trabajo “permite conocer la realidad de las familias cuidadoras, una labor esencial no solo por el tiempo que dedican, sino por el bienestar que proporcionan”. A su juicio, “cuidar a la persona cuidadora es también cuidar a nuestras personas mayores”.
Con este estudio, Cinfa refuerza su compromiso social y su línea de iniciativas orientadas a reconocer y apoyar el papel de los cuidadores familiares, un colectivo que sostiene buena parte del sistema informal de atención en una sociedad cada vez más envejecida.






