El Gobierno del presidente Trump en EEUU ha designado oficialmente al presidente venezolano Nicolás Maduro y a su entorno cercano como miembros de una organización terrorista extranjera, específicamente al llamado Cartel de los Soles, del que Maduro es señalado como líder. La decisión, comunicada por el Departamento de Estado y el secretario Marco Rubio, amplía el marco legal para imponer sanciones más duras y autoriza la posibilidad de acciones militares en territorio venezolano contra el régimen chavista. Aunque no significa automáticamente el uso inmediato de la fuerza, fuentes oficiales indican que esta medida abre la puerta a operaciones militares o quirúrgicas para acabar con Maduro, en un contexto de alta tensión regional.
En respuesta a esta escalada, Nicolás Maduro no ha recurrido a mensajes solemnes ni a condenas formales solamente, sino que ha adoptado una actitud burlesca haciendo frases y canciones en inglés pidiendo "paz" y abogando por "no a la guerra". Maduro ha sido captado haciendo comentarios irónicos y gestos que minimizan la gravedad de la medida, además de responder con humor y provocaciones en sus apariciones públicas y en redes sociales, buscando desmontar la narrativa estadounidense y mantener la movilización de sus seguidores en Venezuela.
Por su parte, el gobierno venezolano ha rechazado categóricamente la designación, calificándola como una “patraña” y un intento de justificar una posible intervención extranjera e ilegal. Aseguran que el supuesto Cartel de los Soles es un invento y deniegan cualquier implicación terrorista, insistiendo en que la agresión estadounidense busca desestabilizar y derrocar al gobierno que preside Maduro.


