La asociación Sociedad Civil Navarra ha celebrado este martes una conferencia en Tudela para abordar la ubicación de la futura estación del tren de alta velocidad (AVE), una infraestructura clave para la Ribera y Navarra. El acto, presentado por Eduardo López-Dóriga, presidente de la organización, tuvo como ponente principal a Pedro Busto González, decano del Colegio de Ingenieros de Caminos, Canales y Puertos de Navarra, quien ofreció un análisis detallado sobre las alternativas y los retos técnicos del proyecto.
López-Dóriga abrió la cita recordando los objetivos de la asociación: “Defender lo mejor para Navarra desde el punto de vista de las infraestructuras, de la economía, etcétera”, y subrayó la apuesta mayoritaria de la entidad por ubicar la estación del TAV en las afueras de Tudela. “Creemos que es mejor una estación en las afueras de la ciudad porque podría dar servicio a mucha más gente de toda la comarca, ser una estación comarcal con más fácil acceso, una estación que eliminaría el tráfico del centro de Tudela, que también sería una complicación, (...) que eliminaría la cicatriz que tiene la ciudad en mitad de su centro que impide el acercamiento al río”, afirmó.
El presidente destacó la importancia de escuchar todas las opciones técnicas y abrió el debate a opiniones distintas; aunque dejó clara la posición de la asociación, reconoció que “puede haber otros inconvenientes que es interesante conocer y valorar hasta qué punto cuáles pueden ser las mejores soluciones”.
Pedro Busto desplegó ante el público un recorrido por el contexto ferroviario nacional y europeo, empezando por el Corredor Atlántico, la interoperabilidad de infraestructuras y las condiciones que marcan la futura línea Zaragoza-Castejón-Castellón. Aclaró que “el paso del tren de alta velocidad por Tudela no deja de ser un problema técnico bastante importante y bastante interesante”, y que el estudio informativo sobre el tramo específico de Tudela está aún en marcha, abierto a alegaciones y propuestas.
Busto expuso los complejos condicionantes orográficos, urbanísticos e históricos que influyen en la decisión. “Cuando construyeron la red en el siglo XIX, ajustaron el trazado para que el tren fuera justo pegado al río y a la montaña. Ahora, en cambio, el nuevo trazado tiene que afrontar barreras geográficas mucho más exigentes”, explicó. Subrayó que “atravesar Tudela con el tren supone lidiar con el río, los polígonos industriales y los montes del Cierzo”. Frente a las alternativas de ubicación, expuso que “hay dos soluciones propuestas, condicionadas por la AP-68, la A-68 y el cerro de Fontellas, que limitan los sitios posibles para la estación”.
Según el ingeniero, “la decisión casi está tomada, que va a ser el interior, pero todavía está abierta a alegaciones”, señalando que la solución que parece avanzar es mantener la estación actual con acondicionamientos y mejoras para dar servicio a los trenes de alta velocidad que vayan a parar en Tudela, aunque no todos lo hagan.
El debate sobre si situar la estación en las afueras o en el centro vertebró la sesión. Busto desgranó pros y contras de ambas ubicaciones, tanto para viajeros como para mercancías. Por ejemplo, situarla en el exterior “liberaría a Tudela de tener las vías como cerramiento y ganaría urbanísticamente la ciudad”, pero “el acceso sería sobre todo en vehículo privado y hoy no existe un entorno urbanizado alrededor de esa hipotética nueva estación”.
Por el contrario, mantener la estación en el interior “tiene la ventaja de la comunicación directa con la terminal de autobuses y la accesibilidad desde los pueblos de la Ribera en transporte público”, con menor impacto ambiental y coste de obra, aunque mantiene el paso de mercancías por el centro de Tudela.
El coste económico es determinante: “Sacar las vías y la estación completamente fuera supondría unos 270 a 300 millones de euros adicionales. Es difícil de justificar si no va a aumentar significativamente el tráfico de viajeros”, argumentó Busto.
A lo largo del coloquio, el decano insistió en que las soluciones técnicas “no deben estar vinculadas a propuestas de partidos políticos”. “Me resulta difícil de entender que si yo soy de un partido quiero la estación fuera y si soy de otro partido la quiero dentro. Son problemas que tienen un componente técnica más que política”.
También acentuó la urgencia de avanzar en el tramo Castejón-Zaragoza: “Que lo más importante y lo más rápido, a mi juicio, hay que hacer el tramo Castejón-Zaragoza. Lo más rápido, porque como esperemos a que hagan los franceses, no sé qué. Como esperemos a compatibilizar el ancho ibérico con el internacional seguiremos discutiendo y en el año 2040 el que viva seguirá viniendo a la estación de Tudela o a la de Pamplona”.
El presidente López-Dóriga resumió el sentir de los convocantes durante el debate: “Creemos que esta opción parece que no es la mejor, los trenes van a parar, pero no van a parar todos. Está fuera de la ciudad, pero a una distancia razonable, hay un autobús que te lleva allí (...). Hemos ido durante estos meses hablando con ayuntamientos de toda la Ribera y planteando mociones y alegaciones para que fuera por fuera y se nos han sumado unos cuantos ayuntamientos: aparte de Tudela, Arguedas, Valtierra, Cadreita, Fustiana, Villafranca y también de Alfaro en La Rioja y de Ágreda, Soria”.
El acto sirvió para reivindicar que “el tren pasa una vez y si no lo tomas o no lo aprovechas, esos 150 años sí que serán una realidad. Tudela necesita un punto de inflexión urbanístico”, concluyó Busto. Para él, “decisiones de este tipo deben tomarse midiendo bien las variables y pensando en la oportunidad para la Ribera y para Tudela”.
La conferencia terminó con el compromiso de Sociedad Civil Navarra de mantener abierto el debate y impulsar el análisis técnico, lejos de la confrontación partidista, apelando a la transversalidad y el rigor profesional.





