A sus 13 años, la joven exploradora navarra Elvia Gómez Troya, más conocida como Elvia la Rastreadora, ha hecho historia al recibir en Londres uno de los galardones internacionales más prestigiosos que otorga la Scientific Exploration Society (SES). La ceremonia tuvo lugar en el Royal College of Surgeons, donde la vecina del Valle de Egüés se convirtió en la persona más joven en ser reconocida por esta organización británica dedicada a la exploración científica y la conservación del medio ambiente.
La SES, fundada en 1969 por el coronel John Blashford-Snell, premia cada año a quienes inspiran nuevas formas de explorar y proteger el planeta. Y en esta ocasión, la protagonista fue una adolescente navarra cuyo entusiasmo por la naturaleza ha conquistado a exploradores de todo el mundo.
Ante un auditorio lleno de científicos y conservacionistas, Elvia pronunció un discurso que emocionó a los asistentes. “Gracias por darme esta oportunidad y por abrirme los ojos a lo que realmente siento, porque, aunque nunca antes le había puesto un nombre, en realidad me siento una auténtica exploradora científica”, dijo con humildad y una sonrisa que arrancó aplausos. Incluso bromeó al inicio asegurando que probablemente hablaba mejor “el idioma de los pájaros, como las urracas o los petirrojos”, que el inglés.
Durante su intervención, la joven rastreadora agradeció a la SES por crear “una gran familia mundial de exploradores científicos” y confesó que este reconocimiento ha sido “la palmada en la espalda que necesitaba”, en referencia a las dificultades que ha tenido para sentirse comprendida por su entorno, marcadas en parte por episodios de bullying.
Elvia también compartió cómo nació su pasión por el rastreo y los animales, inspirada por sus padres, Fernando Gómez y Paloma Troya, reconocidos rastreadores y autores de varios libros. De esa pasión surgió su propio proyecto, el libro Cosas que me flipan de los animales, con cuyos beneficios ha podido viajar a lugares como Zambia, donde colaboró en iniciativas contra la caza furtiva, o Bolivia, donde ayudó a formar a rastreadores indígenas takana para el ecoturismo. “El único problema —bromeó— es que disfruté tanto de esas experiencias que ahora no quiero parar”.
Uno de los momentos más emotivos de la noche llegó cuando Elvia dedicó unas palabras a Jane Goodall, recientemente fallecida, a quien envió “un beso desde aquí” y calificó como “una inspiración eterna para millones de personas”. La doctora Goodall fue precisamente galardonada por la SES en 2020, un vínculo simbólico que une ahora a dos generaciones de exploradoras comprometidas con la ciencia y el respeto por los seres vivos.
El premio concedido a Elvia no solo reconoce sus méritos científicos y su compromiso con la conservación, sino que representa la esperanza de una nueva generación de jóvenes exploradores decididos a proteger la vida en la Tierra.
Esta distinción se suma a su mención honorífica en los Eco Hero Awards de Action for Nature (Estados Unidos) y a su nominación a los Premios Navarra TV 2025, en la categoría Valores Jóvenes, en la que aún se puede votar.
Una historia que demuestra que la curiosidad y la empatía no tienen edad, y que desde el Valle de Egüés se puede inspirar al mundo entero.







