La 11ª etapa de La Vuelta 2025, que debía coronar a un ganador en las calles de Bilbao tras un recorrido de 157 kilómetros y siete puertos puntuables, terminó sin vencedor. La causa: la irrupción en la meta de varias personas que protestaban por la participación del equipo Israel–Premier Tech.
Ante esta situación, la organización decidió neutralizar la etapa y tomar los tiempos a 3 kilómetros de la llegada, justo después de la exigente subida al Alto de Pike. En ese punto, Jonas Vingegaard (Visma-Lease a Bike) y Tom Pidcock (Q36.5) encabezaban la carrera con unos segundos de ventaja, manteniendo al danés como líder de la general.
El director técnico de La Vuelta, Kiko García, valoró la tensión vivida y señaló que la prioridad absoluta es la seguridad. “Creo que hemos tomado la mejor decisión. (…) Al final tendrán que valorar si se protege a una carrera internacional como La Vuelta o a un equipo. Nosotros solo podemos hacer nuestro trabajo”. Aunque no se ha pedido oficialmente la exclusión, García deslizó que la única salida viable para garantizar la seguridad pasaría por el abandono voluntario del equipo israelí. “La presión es evidente, y todos sabemos cuál es la solución”, añadió.
Los corredores no habrían planteado de forma oficial esa retirada, pero la organización reconoce que advirtió a la UCI hace semanas de los riesgos crecientes.
La carrera continuará este jueves con la etapa Laredo–Los Corrales de Buelna (144,9 km), marcada por el Puerto de Alisas y la Collada de Brenes, donde se espera un nuevo pulso entre los favoritos.
