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El PSN y la colaboración público-privada

Por Iker Narbona Beitia, miembro del Sindicato Socialista de Vivienda de Iruñerria

Publicado: 23/11/2025 ·
10:49
· Actualizado: 23/11/2025 · 10:50
  • Viviendas en Erripagaña construidas por Servinabar

Se ha vuelto muy habitual escuchar a representantes del Gobierno de Navarra hablándonos de colaboración y de alianzas simbióticas con el sector privado, especialmente en ámbitos como el de la vivienda. En este contexto, el caso Cerdán nos brinda un cristalino ejemplo de las prácticas de colaboración público-privada que el PSN ha venido practicando durante las últimas décadas.

Recientemente se ha conocido que Servinabar habría estado pagando a Santos Cerdán el alquiler de un ático de lujo en Madrid, además del mobiliario de la vivienda. Servinabar, esa empresa que en un tiempo récord pasó de no existir a beneficiarse de importantes licitaciones de obras públicas, en colaboración con la multimillonaria Acciona. Entre esas adjudicaciones se encuentran decenas de VPO en el barrio de Erripagaña, donde, por cierto, numerosas promotoras y constructoras muy conocidas en Navarra se beneficiaron de aquel pelotazo que levantó un barrio de 13.000 habitantes dividido en 4 municipios y sin apenas dotaciones. Otro ejemplo más de que, cuando el volante lo lleva el lucro privado, las necesidades de la población pasan a un segundo plano. En el caso de Servinabar, según se va conociendo, parte de las ganancias se habrían destinado a los bolsillos de Santos Cerdán y su entorno. En concreto, más de 45.000 euros corresponden al mencionado ático. No deja de ser llamativo que el secretario de Organización del partido ahora abanderado como gran impulsor del alquiler asequible se beneficiara de dinero proveniente de licitaciones públicas para costear un alquiler de casi 3.000 euros al mes, para que él y su familia pudieran vivir a cuerpo de rey en la capital del Estado. Resulta inevitable imaginarse una excavadora de Servinabar extrayendo billetes de unas VPO y moviéndolas a un ático de lujo en Madrid.

En realidad, a estas alturas es difícil fingir sorpresa por las tramas de corrupción del PSN-PSOE. Estamos hablando de un partido plenamente integrado en el régimen impuesto tras la muerte de Franco, que supo encontrar acomodo en unas redes de poder ocupadas en buena medida por políticos y empresarios bien situados desde el franquismo. Ejemplo de estos últimos son la propia Acciona o el Grupo Huarte. Desde entonces, el historial de corrupción de este partido ha sido extenso, y por estos lares nos ha dejado capítulos memorables como el caso Roldán-Urralburu-Aragón. Quienes achacan estos casos a la codicia individual de unos personajes en concreto le hacen un flaco favor a la verdad histórica, que se empeña en demostrarnos una y otra vez que la corrupción es consustancial a las sociedades capitalistas, gobierne quien gobierne. En la colaboración público-privada, ese término tan de moda, la simbiosis existente entre poder económico y poder institucional se manifiesta sin tapujos, dejando un terreno bien abonado para este tipo de prácticas. No podemos obviar que vivimos en un modelo social cuyo motor es la ganancia privada, por lo que estas colaboraciones se plantean siempre a la medida de dicha ganancia. Y también es innegable que, cuanto más integrado está un partido en las redes de poder, más proclive es a la corrupción. Por cierto, la mayoría de prácticas de clientelismo, puertas giratorias y similares son legales y están normalizadas, de modo que solo saltan a primera plana cuando quienes incurren en ellas se saltan torpemente las barreras de lo permitido.

Hay quien pretende hacernos creer que la corrupción es una cuestión de unas pocas manzanas podridas. Pero el origen de la podredumbre está en la propia cesta. De nada sirve llevarse las manos a la cabeza en cada "mordida podrida" de estas manzanas envenenadas, si no se cambian por completo los mimbres de la cesta.

Iker Narbona Beitia, miembro del Sindicato Socialista de Vivienda de Iruñerria


 

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