La XXVIII Conferencia de Presidentes celebrada este viernes en Barcelona ha estado marcada por la tensión política y varios episodios que han acaparado la atención más allá de la agenda oficial. La presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, ha protagonizado el momento más comentado al abandonar la sala cuando el lehendakari Imanol Pradales ha iniciado su intervención en euskera, cumpliendo así la advertencia que había hecho en días previos de que no aceptaría el uso de lenguas cooficiales en el foro y que no se pondría el “pinganillo” de traducción.
Ayuso, que ya había mostrado públicamente su rechazo a la traducción simultánea y exigido que toda la comunicación se produjera en castellano, se ha levantado de su asiento y ha salido de la sala justo cuando Pradales comenzaba a hablar en euskera. A continuación, el president catalán Salvador Illa ha intervenido en catalán. Ayuso no ha regresado hasta que ambos presidentes han finalizado sus intervenciones en sus respectivas lenguas y se ha retomado el uso del castellano como idioma principal del debate. Mientras tanto, el resto de presidentes autonómicos se han mantenido en la sala; algunos del PP, eso sí, han optado por no utilizar el sistema de traducción habilitado, quitándose el pinganillo como gesto de protesta, pero permaneciendo en sus asientos.
El Gobierno vasco ha calificado la ausencia de Ayuso como una “intolerable falta de respeto” hacia el euskera y la pluralidad lingüística, recordando que el uso de las lenguas cooficiales estaba previsto por la organización y supone un avance democrático en la convivencia institucional. El presidente Pedro Sánchez, por su parte, ha defendido el uso de todas las lenguas oficiales y ha subrayado que España vive uno de sus mejores momentos en cuanto a reconocimiento de la diversidad.
La jornada ha arrancado ya con una fuerte carga de tensión. Antes del inicio oficial de la Conferencia, en el saludo institucional, se ha producido un serio encontronazo entre Ayuso y la ministra de Sanidad, Mónica García. Cuando la ministra se ha acercado a saludar a la presidenta madrileña, Ayuso le ha retirado la cara y le ha espetado: “¿Vas a saludar a una asesina?”, en referencia a las acusaciones vertidas el día anterior en la Asamblea de Madrid sobre la gestión de las residencias de mayores durante la pandemia. García, sorprendida, ha respondido: “¿Perdona?”, y el ambiente ha quedado tan enrarecido que ha sido necesaria la intervención del personal de protocolo para evitar que la situación fuera a más.
El incidente entre Ayuso y García ha sido interpretado como un reflejo de la crispación política y la dificultad para alcanzar consensos en un foro donde, además de la cuestión lingüística, se abordaban temas clave como la financiación autonómica, la vivienda o la transición energética.
