En la noche previa al encierro del 9 de julio en Pamplona, los aficionados han vivido la emoción del encierrillo, presenciando el traslado de los toros de Álvaro Núñez desde los corrales del Gas hasta los de Santo Domingo. La expectación era máxima por el debut de estos astados en los Sanfermines 2025, y la escena resultó especialmente vistosa gracias a la diversidad de nombres y colores que presentaban los animales.
Nombres como Asustado, Trampero, Orrojado, Majoletto, Aguaclaro, Juncoso, Polvorillo, y Algarrobillo resonaban entre los asistentes, evocando fuerza y carácter, y otorgando a cada toro una identidad propia antes de enfrentarse al reto de las calles pamplonesas.
La riqueza cromática fue otro de los grandes atractivos, ya que los pelajes variaban desde el negro mulato chorreado y el colorado, hasta el castaño, el castaño bragado corrido, el colorado ojo perdiz, el jabonero y el colorado bragado.
Esta variedad de capas no solo embelleció el encierrillo, sino que también puso de manifiesto la cuidada selección genética de la ganadería. Bajo la luz tenue de la noche, los tonos rojizos, castaños, negros y jaboneros ofrecieron un espectáculo visual único, anticipando la emoción y la incertidumbre del encierro. El silencio y el respeto marcaron el ritmo del traslado, convirtiendo el encierrillo de este año en una experiencia especialmente colorida y memorable, preludio perfecto para la jornada de adrenalina que espera este miércoles a Pamplona.
