La tarde de este sábado de feria quedará grabada en la memoria de los aficionados como una jornada de valor, entrega y dramatismo en la plaza. Los diestros Juan de Castilla y Rafael Rubio Luján "Rafaelillo" protagonizaron una corrida marcada por la emoción y el infortunio, al continuar la lidia pese a sendas lesiones sufridas durante la faena.
El primero en pasar por la enfermería fue Juan de Castilla, quien resultó lesionado durante la lidia del tercer toro de la tarde. El colombiano, afectado por un trauma torácico, hizo gala de profesionalidad y temple al sobreponerse al dolor y continuar su actuación, lo que le valió el reconocimiento del público y la concesión de una oreja.
El momento más dramático llegó en el cuarto toro, cuando Rafaelillo fue cogido por "Callejero", un astado que ya había sembrado el pánico por la mañana al embestir contra el burladero durante el encierro. El diestro murciano sufrió un politraumatismo y, aunque sus constantes permanecieron estables, tras seguir con su toro, una vez terminó fue trasladado al Hospital Universitario de Navarra para completar el estudio radiológico y permanecer en observación. El pronóstico es reservado. Pese a la gravedad del percance, Rafaelillo mostró una valentía incuestionable, lo que le valió también una oreja y la ovación de la plaza.
Por su parte, Fernando Robleño, que se despedía de los ruedos en esta feria, no pudo redondear la tarde y se marchó de vacío, aunque arropado por el cariño y el respeto del público en su adiós.
La corrida de este sábado fue, sin duda, una lección de coraje y entrega, donde la fiesta mostró su cara más dura y también más heroica.