La Universidad de Navarra ha inaugurado este viernes el curso académico 2025-26 con un acto solemne en el Aula Magna que reunió a autoridades, docentes, estudiantes y representantes del mundo social, cultural y político navarro. En la apertura, la rectora María Iraburu presentó las líneas principales de la Estrategia 2025-2030, titulada “Una universidad para todos: talento, ciencia, compromiso”, que marcará la hoja de ruta de la institución en los próximos cinco años.
Tras una misa oficiada por el arzobispo de Pamplona, Florencio Roselló, y el desfile del cortejo académico con la participación de 222 doctores, el acto dio paso al discurso de la rectora, quien defendió que la Universidad afronta un periodo de “continuidad y novedad”. “En sus más de 70 años de vida podríamos pensar que ya es un proyecto cumplido. Pero la realidad es que está todo por hacer”, señaló.
Iraburu estructuró su intervención en torno a los tres ejes estratégicos. En primer lugar, el talento, en un contexto global de “crisis del talento”, donde la Universidad quiere ofrecer a estudiantes, investigadores y profesores un entorno que impulse todas sus capacidades y los forme como “profesionales competentes, comprometidos y generadores de paz en un mundo donde tantas veces parece triunfar el lenguaje de la guerra”.
El segundo pilar será la ciencia y el conocimiento, que definió como “una aportación clave de la Universidad, no siempre suficientemente apreciada y últimamente denostada en algunos ambientes y países”. La rectora destacó la importancia de la interdisciplinariedad y la investigación rigurosa para afrontar la complejidad del mundo actual sin prejuicios ni agendas partidistas.
El tercer eje es el compromiso, con cuatro ámbitos de acción preferente: la irrupción de la inteligencia artificial en los entornos profesionales y educativos; la ética de las profesiones, con especial atención a aquellas relacionadas con el cuidado y la empresa; la educación científica y ambiental, impulsada desde el Museo de Ciencias y el centro BIOMA; y la comunicación de la investigación, con el objetivo de combatir el ruido y la polarización en los debates contemporáneos.
La rectora recordó que el plan de investigación contempla líneas en terapias avanzadas para el cáncer y otras enfermedades, la teología del trabajo, el papel de la familia, el envejecimiento, la biodiversidad y el medioambiente, además del valor de la verdad y la necesidad de ofrecer información rigurosa. “Apostar por la investigación es apostar por el futuro, y es propio de instituciones y personas con visión”, subrayó.
La lección inaugural corrió a cargo de la profesora Concepción Naval, catedrática de la Facultad de Educación y Psicología, quien defendió el papel de la educación cívica como clave frente a la polarización social y política. En su intervención, titulada “Carácter y ciudadanía: 10 tesis sobre la educación cívica”, destacó la necesidad de reforzar valores como la responsabilidad, la justicia, el respeto y la lealtad, así como de abordar la ciudadanía digital en un mundo donde las redes sociales modulan la vida pública y los movimientos sociales.
El acto institucional contó con la presencia de la presidenta del Gobierno de Navarra, María Chivite; el presidente del Parlamento, Unai Hualde; la delegada del Gobierno, Alicia Echeverría; los consejeros Juan Luis García, Carlos Gimeno y Fernando Domínguez; y representantes del Ayuntamiento de Pamplona, la judicatura, la Universidad Pública de Navarra, la UNED y la Universidad de Deusto, entre otras autoridades académicas y sociales.
Con este acto, la Universidad de Navarra no solo abre oficialmente el curso, sino que también lanza una estrategia que busca consolidar su papel como referente en investigación, docencia y compromiso social en Navarra y en el mundo.