La farmacéutica Cinfa y las ONG Alboan y Entreculturas han hecho balance de su proyecto conjunto en la República Democrática del Congo (RDC), donde más de 35.000 personas han sido atendidas gracias al programa “Mujeres en marcha”. La iniciativa, que cumple tres años, ha contado con una aportación de 300.000 euros por parte de Cinfa y se centra en la atención médica y psicológica de mujeres y niñas supervivientes de violencia de género en un contexto marcado por el conflicto armado.
El proyecto se desarrolla en colaboración con la organización congoleña FEPSI, que gestiona un centro hospitalario en Butembo y advierte de que recibe una media de cinco nuevos casos de violencia sexual cada día. “La escalada de la violencia en el este de la RDC exige una acción inmediata y refuerza la importancia de alianzas como esta”, subrayan desde la entidad.
Según datos de ACNUR, desde comienzos de 2025 el país ha registrado más de 6,4 millones de desplazados internos, 3,8 millones de ellos en provincias orientales. A este drama humanitario se suma la utilización de la violencia sexual como arma de guerra, lo que ha disparado la incidencia del VIH/SIDA en la zona. El programa también contempla el diagnóstico y tratamiento de esta enfermedad.
La directora ejecutiva de Alboan, Mary Tere Guzmán, ha señalado que “Mujeres en marcha nació de la escucha activa de cientos de mujeres supervivientes, que nos compartieron relatos desgarradores junto a sus sueños y esperanzas. Desde entonces no hemos cesado en activar recursos y alianzas para responder a sus demandas”.
Por su parte, el presidente de Cinfa, Enrique Ordieres, ha recalcado la importancia del compromiso empresarial ante crisis de este tipo: “Ante conflictos como el de la RDC, las compañías también debemos implicarnos y apoyar proyectos que aporten soluciones y mejoren la situación de las personas más afectadas, especialmente mujeres y comunidades vulnerables”.
El programa “Mujeres en marcha” se enmarca en el trabajo de Alboan y Entreculturas para promover la equidad de género, la atención a personas en movilidad forzada y el acceso a servicios básicos. Naciones Unidas calcula que, desde 1998, unas 400.000 mujeres y niñas han sufrido violencia sexual a manos de grupos armados en el este de la RDC, lo que convierte esta intervención en clave para la protección de derechos y la supervivencia de miles de personas.