La tradicional lectura del Pregón que anuncia las fiestas de Navidad en Pamplona ha rendido homenaje este jueves a las personas voluntarias del Teléfono de la Esperanza, en un acto cargado de simbolismo y reconocimiento a su labor de acompañamiento y apoyo a quienes más lo necesitan.
La lectura del Pregón ha tenido lugar desde los balcones del primer piso de la Casa Consistorial, un cambio de escenario motivado por la previsión de lluvias, y ha contado con la presencia de miembros de la Corporación municipal, encabezados por el alcalde, Joseba Asiron Saez.
La presidenta del Teléfono de la Esperanza en Navarra, Begoña Arbeloa García, ha iniciado la lectura, acompañada por el voluntario Luis Royo Moya y la voluntaria Natalia Regueras Villanueva. El acto ha servido también para conmemorar el 25º aniversario de la cena de Nochebuena que la entidad organiza cada año para acompañar a personas que se encuentran solas en estas fechas.
Durante el Pregón, los representantes del Teléfono de la Esperanza han querido transmitir tres mensajes clave: esperanza, ánimo y luz. Un mensaje dirigido especialmente a las personas migrantes, a quienes no tienen hogar, a quienes sufren una soledad no elegida —tanto mayores como jóvenes—, así como a personas enfermas, desempleadas o que han perdido a seres queridos. A todas ellas, el Pregón ha ofrecido palabras de comprensión y cariño, invitando a la ciudadanía a ejercer la solidaridad y a convertirse en luz para los demás.
El acompañamiento musical ha corrido a cargo de la Pía Unión de Pastores de Belén y la Escolanía del Orfeón Pamplonés. Los Pastores han abierto el acto con el villancico La llamada, mientras que la Escolanía ha interpretado Hator Hator y Campana sobre campana, con arreglos de Luis Bedmar. Posteriormente, la Pía Unión de Pastores ha cantado Nacimiento del niño / Gitanilla y, como cierre del Pregón, la Escolanía del Orfeón Pamplonés ha puesto el broche final con Jingle bell rock, con arreglos de Mac Huff.
El Teléfono de la Esperanza desarrolla a lo largo del año diversas iniciativas orientadas a promover el bienestar emocional y la participación social, entre ellas cursos y talleres de gestión emocional, comunicación y autocuidado; programas de voluntariado centrados en el acompañamiento; y actividades comunitarias como marchas solidarias y jornadas de sensibilización, como el Día de la Escucha o el Día de la Prevención del Suicidio.








