Responder a las necesidades de la sociedad. Este es el objetivo del proyecto de aprendizaje-servicio ‘Design Against Bias’ (en castellano, ‘Diseño contra prejuicios’) en el que han estado trabajando durante meses los estudiantes de 2º del Grado en Diseño con distintas asociaciones que dan servicio a las comunidades de inmigrantes en Pamplona.
Gracias a la colaboración con Tantaka, el banco de tiempo de la Universidad de Navarra, estudiantes, profesores y asociaciones han podido diseñar, de manera conjunta, servicios que mejoren la integración y experiencia de las personas migrantes en la ciudad. “Esta metodología combina el aprendizaje académico con el servicio a la sociedad o servicio comunitario. Los alumnos no solo adquieren competencias técnicas, sino que también desarrollan una conciencia de ciudadanía global y un impacto real en su entorno cercano”, explica Natalia Couto, coordinadora de Tantaka.
Las entidades que han participado en el proyecto son Villa Teresita, Asociación Irati, Descalzos 70, Cruz Roja, Itaka Escolapios, Asociación SEI Elkartea, Cáritas de la Parroquia Nuestra Señora del Pilar (Echavacoiz) y Pastoral Penitenciaria de Navarra.
Uno de los hitos del proyecto ‘Design Against Bias’ fue una jornada de cocreación que se celebró recientemente en la Escuela de Arquitectura de la Universidad de Navarra. El evento permitió que ideas y reflexiones se plasmaran en un espacio colaborativo, en el que estudiantes y asociaciones trabajaron juntos. “El Diseño de Servicios es una disciplina que se caracteriza por fomentar la participación activa de los usuarios dentro del proceso de diseño. Con esta iniciativa buscamos crear soluciones que respondan a las necesidades de las comunidades, especialmente aquellas que se sienten más excluidas”, explica el profesor de la Escuela de Arquitectura Álvaro Velasco.
Por su parte, el profesor invitado Fabrizzio Pierandrei, añade: “Hemos pedido a los alumnos que vayan más allá de los prejuicios -que todos tenemos- y que sean capaces de crear diálogos y trabajar con personas con diferentes ideas y experiencias, y que quizás vienen de mundos que ni siquiera conocen; sin duda, esto aporta calidad y complejidad a los proyectos”.
Alumnas del Grado en Diseño en la jornada de cocreación en la que colaboraron con Katya Palafox, de Villa Teresita (en el centro)
Los estudiantes han invertido tiempo con las asociaciones y sus usuarios para identificar los desafíos y necesidades de las personas migrantes. “Nos estamos enfocando en los familiares y en el joven inmigrante para ver qué tipo de retos puede tener al llegar a Pamplona. Lo más impactante han sido las entrevistas y ver cómo estas asociaciones les ayudan en su día a día”, cuenta Tomás Vera, alumno de Diseño. Por otro lado, las alumnas Lucía Cabrera e Irati Ganuza han trabajado en un proyecto con inmigrantes exconvictos para su reinserción social. “Nos hemos centrado en qué causas les han llevado a la cárcel y cómo pueden tratarlas una vez salen”, explica Lucía Cabrera.
“Me ha sorprendido mucho ver cómo han sido capaces de analizar la situación y mostrarse cercanos ante un tema tan duro. Contar con una mirada joven y externa creo que nos va a ayudar a mejorar procesos e incluso a comunicar mejor lo que hacemos”, asegura Katya Palafox, de Villa Teresita. Cristina Menéndez, de la Asociación Irati, destaca la relación que se ha establecido entre los universitarios y las asociaciones: “Trabajamos con personas que tienen necesidad de apoyo escolar, y que estudiantes de la Universidad se acerquen a ver qué necesidades tenemos ha sido muy interesante y gratificante. Seguro que saldrán cosas positivas a partir de este proyecto”.