Pamplona ha rendido este lunes un homenaje cargado de emoción a Mari Ganuza Senosiáin, fallecido el pasado mes de febrero, entregándole a título póstumo el Pañuelo de Pamplona – Iruñeko Zapia, el máximo reconocimiento que otorga la ciudad dentro de las celebraciones del Privilegio de la Unión. Su viuda, Arantxa Bakaikoa, y sus hermanos Juan y Marisol recogieron el galardón en un acto solemne presidido por el alcalde, Joseba Asiron Saez, y al que asistió la Corporación municipal.
Ganuza dedicó más de 40 años a la Comparsa de Gigantes y Cabezudos, a la que presidió desde 1990 hasta 2019, siendo el encargado de portar a Josephamunda, la reina europea. Bajo su liderazgo se impulsaron iniciativas como la teatralización de la despedida de los gigantes del 14 de julio. En 2010, lanzó el Chupinazo de San Fermín con motivo del 150 aniversario de la Comparsa.
Pero su huella va más allá: fue fundador de la Asociación Amigos del Olentzero, donde trabajó para transformar la celebración en lo que es hoy, participó durante años en la Cabalgata de Reyes encarnando al rey Gaspar y portó pasos en la Semana Santa pamplonesa. Además, diseñó junto a Félix Flamarique decenas de pancartas de peñas en los años 80, colaboró en el hermanamiento con Bayona y fue socio de Los de Bronce y Muthiko Alaiak.
El alcalde destacó la “capacidad de Ganuza para unir tradición y comunidad”, recordándole como “un referente irrepetible en el entramado cultural y social de la ciudad”.
El Pañuelo de Pamplona – Iruñeko Zapia celebra este año su décima edición. Desde 2016 ha distinguido a figuras como la churrera Paulina Fernández, el periodista Javier Pagola, el exárbitro internacional Undiano Mallenco, el historiador Juan José Martinena o los capitanes de Osasuna Mai Garde y Oier Sanjurjo.
Hoy, a esa lista se suma un nombre que late en el corazón de las fiestas: Mari Ganuza Senosiáin
