El director del servicio de Conservación de Carreteras del Gobierno de Navarra y vocal de la mesa de contratación de Belate, Pablo González, compareció este miércoles ante la Comisión de Investigación que sigue su curso en el Parlamento foral. Durante su intervención, González explicó el desarrollo de la mesa de contratación, el clima laboral resultante y las circunstancias que rodearon el proceso de adjudicación de los túneles de Belate.
En relación al trabajo interno de la mesa, González confirmó la existencia de una "guerra" entre letrados y técnicos ingenierons y afirmó que “cada uno se puso en su rincón y no había acercamiento ninguno”, reconociendo cierto bloqueo entre dos miembros concretos: “La guerra fue entre ellos dos y fue lo que bloqueó la mesa”. No obstante, subrayó la profesionalidad de sus compañeros: “Con Jesús Muñoz, el interventor, trato directo e intachable; considero que todos somos grandes profesionales”.
Al ser preguntado sobre la intervención técnica y jurídica en el proceso, González fue claro: “No he llevado la contraria a ningún técnico jurídico al respecto. Supongo que todo el mundo hace su trabajo bien. Lo que quiero es que las cosas se resuelvan y para resolverlas hay que sentarse y hablar”.
Respecto a los rumores que circularon durante la adjudicación, González señaló: “Siempre hay rumores en las licitaciones, sobre todo en las grandes, pero nunca he dejado que me influyan en mi votación”. Añadió sobre la importancia que algunos quisieron dar a este asunto: “Para mí no la tiene, he votado siempre con transparencia”.
En cuanto al traslado de plaza de Lorenzo Serena, uno de los vocales, González reconoció que fue idea del director general: “Sí, claro, pero además ayudaba al ambiente laboral”. Sobre el impacto de este cambio, admitió: “Desde la vuelta, el ambiente laboral cayó bastantes puntos en el servicio”.
Justificó el traslado por la necesidad de reorganización y mejora del clima en el equipo: “Ojalá pudiéramos dotar a cada centro de más personal, letrados o técnicos, porque es en las trincheras del trabajo donde más se puede resolver.”
Durante la comisión, González también describió el procedimiento habitual para las valoraciones técnicas: “Cada técnico hacía su evaluación individual y luego se debatía en la mesa; finalmente, se aprobó por unanimidad”. Rechazó rotundamente que hubiera manipulación o cambios arbitrarios en las puntuaciones: “Nadie dijo que habían cambiado sus notas. Se respetaron todas”.
Sobre la motivación de los informes, señaló la dificultad a la hora de explicitar valoraciones técnicas: “Es difícil poner blanco sobre negro cómo uno ha llegado a esa evaluación; a veces se repasan los textos hasta cuatro veces y no hay consenso”.
La comisión abordó la polémica sobre la supuesta manipulación de los resultados. González relató la cronología: “No estoy de acuerdo con la propuesta de retirar (la puntuación) del presidente; no tengo sospecha de su buen hacer ni del cumplimiento de sus labores”.
Por último, González insistió en la necesidad de reforzar el personal técnico y jurídico en los centros de conservación: “Hace falta trabajar en las trincheras, donde más se necesita el personal, y ojalá se pueda dotar con más expertos cada uno de los centros”.
La comparecencia de Pablo González arrojó luz sobre las dinámicas internas de la mesa de contratación, defendiendo la legalidad del proceso, la profesionalidad del equipo y la importancia de garantizar la transparencia en las adjudicaciones públicas.



