La consulta de síntomas de salud a través de herramientas de Inteligencia Artificial (IA) ya forma parte de los hábitos cotidianos de buena parte de la población española, especialmente entre los más jóvenes. Así lo refleja el estudio de Línea Directa «Los peligros del autodiagnóstico digital», que alerta del uso creciente —y en ocasiones sustitutivo— de estas plataformas frente a la consulta profesional.
Navarra no es ajena a esta tendencia: tres de cada cinco navarros (60,5%) ya recurren a la IA para aclarar dudas de salud, aunque la cifra se sitúa por debajo de la media nacional (66,4%). Más preocupante es que el 21,3% reconoce que se autodiagnostica digitalmente antes que acudir a un médico.
La brecha generacional es evidente. A escala estatal, nueve de cada diez jóvenes de 16 a 19 años consultan dolencias en la IA, y cuatro de cada diez eligen un buscador, un influencer o un chatbot en lugar de un profesional sanitario o un servicio de urgencias. En contraste, entre las personas de 65 a 75 años el porcentaje cae al 41,7%.
Disponibilidad, inmediatez y la sensación de intimidad
Entre los principales motivos para acudir a la IA destacan su disponibilidad (16,3%), la inmediatez (12,2%) y la rapidez del proceso (11,5%). Pero el estudio advierte de factores más profundos: la intimidad, la percepción de no sentirse juzgados y el deseo de ser “escuchados”, especialmente entre quienes atraviesan un mal momento emocional. El 55% de las mujeres y el 35% de los jóvenes destacan estos aspectos, frente al 45% de los hombres y apenas un 7% de la población mayor.
En conjunto, el 18,5% de los españoles usa la IA de forma frecuente o muy frecuente para resolver dudas de salud. Cataluña (24%), la Región de Murcia (22,1%) y Canarias (21,4%) lideran este uso intensivo, mientras que Navarra (17,6%) se mantiene por debajo de la media.
La salud mental, terreno fértil para la dependencia digital
Uno de los hallazgos más llamativos del informe elaborado junto a Ruth Castillo-Gualda, doctora en Psicología y experta en Inteligencia Emocional, y el Dr. Justo Menéndez, jefe de Urgencias y profesor universitario, es la fuerte relación entre el uso de la IA y el malestar emocional. Para muchas personas, estas herramientas se convierten en una especie de «terapeuta digital» que proporciona un alivio inmediato, aunque poco sólido.
La mitad de quienes padecen ansiedad o depresión utiliza la IA casi a diario. Esta tendencia alimenta la cibercondría, la búsqueda compulsiva de síntomas que, lejos de tranquilizar, aumenta la preocupación y la sensación de pérdida de control. En cambio, entre personas con enfermedades físicas crónicas —como hipertensión o diabetes— el uso intensivo es mucho menor (15% y 13%, respectivamente), lo que refuerza la idea de que la dependencia es más emocional que médica.
Recomendaciones para un uso saludable de la IA en temas de salud
Los autores del estudio recuerdan que la IA puede ser una herramienta útil, siempre que se emplee con criterio y nunca como sustituta del diagnóstico sanitario. Para evitar riesgos, proponen las siguientes pautas:
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Usar la IA con responsabilidad.
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No sustituir al profesional sanitario.
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Rechazar diagnósticos y tratamientos sin respaldo médico.
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Evitar la cibercondría y el círculo de ansiedad que genera.
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Recordar que los pensamientos no son diagnósticos.
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Priorizar la conexión humana.
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Identificar qué emoción impulsa la búsqueda.
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Cuidar el diálogo interno al leer respuestas digitales.
Metodología del estudio
La encuesta, realizada por Línea Directa Aseguradora en colaboración con la consultora MDK, incluyó 1.700 entrevistascon cuotas por sexo, edad y comunidad autónoma, dirigidas a personas usuarias de teléfonos móviles. El trabajo de campo se efectuó entre el 7 y el 13 de octubre de 2025, con un error muestral de ±2,38% y un nivel de confianza del 95%. El estudio cuenta con la coautoría de Ruth Castillo-Gualda y el Dr. Justo Menéndez, ambos profesores de la UCJC.


