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Los pueblos de la Cuenca se consideraban 'barrios' de Pamplona

Por Daniel Álvarez Malo

Publicado: 29/11/2025 ·
07:23
· Actualizado: 29/11/2025 · 07:23

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  • Distribución de la Comarca de Pamplona

Ya desde muy antiguo se hacía una distinción entre la Cuenca de Pamplona y la Montaña, a pesar de que más modernamente se incluya a menudo en la Montaña. En la obra "Navarra-Geografía" se menciona que en “Navarra existía un tipo humano distinto del ribero y del montañés… los habitantes de un espacio que se conoce con el nombre de Cuenca de Pamplona…”

El ensayo sigue informando: “Un nacido en Oricáin puede considerarse ‘cuenco’ y una natural de Echauri si iba a Oricáin, podía decir que iba a la Montaña.” Oricáin se ubica en la parte sur de Esteríbar. En el Vocabulario Navarro de Iribarren se define a los cuencos como a los de los pueblos, valles y cendeas cerca de Pamplona, incluyendo el sur de Esteríbar.

Los habitantes de la Cuenca vivían una relación especial con Pamplona como comenta el rey Fernando el Católico el 14 de julio de 1514: "la dicha Cuenca ha sido barrio y una misma cosa con la dicha ciudat de Pamplona, exenta de la merinía de las Montañas deste Reyno, y fuera de la dicha Montayna". Las cendeas no olvidaron la aserción de Fernando el Católico.

Además en 1562 la merindad de Pamplona exigió a las cendeas que permitieran examinar sus pesos y medidas. Los habitantes de la Cuenca en 1569 afirmaban que eran "barrio y una misma cosa" con Pamplona y los pesos y medidas se los delegaban a los alcaldes pamploneses.

Los cuencos ni siquiera hicieron caso del Real Consejo de Navarra, lo que hoy sería el Tribunal Supremo. E incluso al portero real los osados cuencos le contestaron que "con mucho menosprecio y desacato que no consentirían". 

Las cendeas unidas gozaban de "los usos, costumbres y fueros de Pamplona, como barrio y cosa anexa de la ciudad", por lo que solo los alcaldes de Pamplona podían ejercer tal potestad.

En abril de 1568 el Consejo Real convocó al diputado de las cendeas y otras autoridades para liquidar cuentas. Que el tribunal les convocara en Pamplona confirma en algún sentido la teoría de la dependencia de la Cuenca. A su pesar las cendeas no consiguieron convencer de que la Cuenca era un barrio de la ciudad.

El texto finaliza afirmando: “Aquellos aldeanos sabatinos perpetuaban la relación milenaria de sus pueblos con la ciudad. Seguro que, como los pamploneses, apenas tenían idea de las antiguas raíces y los viejos pleitos en que sus antepasados blandían el argumento de ser parte, un barrio más, de Pamplona...”

Como podemos comprobar arriba, frente a lo que podríamos creer hoy en día, en la Cuenca de Pamplona tradicionalmente se han sentido tan vinculados a la capital que hasta se consideraban barrios y contaban con una legislación y sistema de medidas en consonancia. Así pues, si Pamplona absorbiera la Cuenca de Pamplona, no rompería la tradición de nuestros ayuntamientos, sino más bien realizaría esa aspiración milenaria de autoconsiderarse barrios de Pamplona.

Como cuenco es un honor saber que la Cuenca de Pamplona y sus habitantes, cuencos y cuencas, desde hace muchos siglos (un milenio al menos) ya eran conscientes de serlo; conscientes de su personalidad, habla y carácter diferenciados de riberos y montañeses.

Daniel Álvarez Malo

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