El Ayuntamiento del Valle de Egüés ha desplegado en los últimos días un plan de actuación urgente para controlar la presencia de gorgojos de la colza en la calle Río Urbi de Gorráiz. La alerta se recibió el lunes a primera hora a través de la Policía Municipal, lo que activó al Área de Medioambiente para verificar sobre el terreno la magnitud de la afección.
En un primer momento, el tipo de insecto no estaba claro, pero tras la intervención del guarderío forestal del Gobierno de Navarra se confirmó que se trataba de chinches o gorgojos de la colza, cuya procedencia se rastreó hasta un campo colindante de esta planta ya cosechada.
Ese terreno pertenece a una cooperativa cerealista con sede en Olaz, que, al ser informada, reconoció conocer la problemática y aseguró haber iniciado el laboreo de la parcela para enterrar los restos de cultivo y cortar el paso de insectos hacia la zona habitada. Una avería mecánica retrasó parcialmente los trabajos, pero fueron completados en la misma jornada del lunes. El Ayuntamiento ha destacado la colaboración de la cooperativa y la rapidez en la respuesta, considerándolas claves para frenar la expansión del problema.
En paralelo, operarios municipales actuaron en la vía pública aplicando insecticida en puntos concretos con mayor concentración de insectos, mientras que a los vecinos se les recomendó reforzar la protección de sus viviendas con pulverizaciones controladas en puertas y ventanas, siempre recordando que estos insectos no son peligrosos para la salud humana y que no se justificaba una fumigación masiva.
Según el consistorio, las medidas han dado resultados visibles: para el jueves la cantidad de gorgojos en la calle Río Urbi se había reducido drásticamente, y este viernes apenas se apreciaban ejemplares en espacios públicos.
El consistorio ha confirmado que esta no es una situación aislada, ya que se han detectado focos en otras localidades de la comarca, como Badostáin, donde también se están llevando a cabo intervenciones puntuales. Las altas temperaturas de los últimos días podrían estar favoreciendo la proliferación de estos insectos, que se desplazan con facilidad desde las parcelas agrícolas cercanas hacia zonas residenciales.