El Castillo de Gorraiz Valle de Egüés debutó en casa ante su afición en Sarriguren frente a un peso pesado del baloncesto nacional, el Cáceres Patrimonio de la Humanidad, en un encuentro inaugural de la Segunda FEB que finalizó con una derrota por 63-91. A pesar del abultado marcador final, el conjunto navarro dejó destellos de calidad y una actitud combativa que auguran una temporada prometedora.
El arranque del partido fue esperanzador. El equipo local salió a la cancha con desparpajo e intensidad defensiva, deleitando a su público con un juego vertical que les permitió cerrar el primer cuarto con una ventaja de 22-18. El escolta Jaxon Knötek se erigió como la principal amenaza ofensiva navarra, convirtiéndose en una auténtica pesadilla para la defensa extremeña.
La experiencia y mayor rotación del conjunto visitante comenzaron a imponerse en el segundo parcial (12-23), donde el Cáceres incrementó su intensidad defensiva y obligó a pérdidas al equipo local. Pese a esto, el Castillo de Gorraiz mantuvo la compostura, con aportaciones significativas de Pablo Yarnoz y Álex Calvo. Al descanso, el marcador reflejaba un ajustado 34-41.
En la segunda mitad, la profundidad de banquillo del Cáceres terminó por desequilibrar la balanza. Liderados por Wildens Leveque (20 puntos, 9 rebotes) y Alejandro Mazaira (18 puntos), los visitantes impusieron su ritmo y ampliaron la distancia. No obstante, la entrega local fue innegociable. Knötek continuó con su recital ofensivo, sumando 28 puntos y 5 rebotes, un esfuerzo reconocido por la afición hasta el último segundo. El último cuarto (13-27) fue un reflejo del desgaste físico, aunque la actitud competitiva del Castillo de Gorraiz se mantuvo intacta.