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Crecimiento inmobiliario en el País Vasco: impulsos y futuro prometedor

Este crecimiento se fundamenta en una combinación de factores económicos, sociales y estructurales

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El mercado inmobiliario en el País Vasco ha experimentado un notable dinamismo en los últimos años, consolidándose como una de las regiones más atractivas para la inversión y la compra de vivienda en España. Este crecimiento se fundamenta en una combinación de factores económicos, sociales y estructurales que han impulsado tanto la demanda como la oferta. La estabilidad económica de la comunidad autónoma, con un Producto Interno Bruto (PIB) per cápita superior a la media española, y una baja tasa de desempleo, contribuyen a la confianza de los consumidores y a la capacidad de acceso. La inversión en infraestructuras y la mejora de la calidad de vida también juegan un papel crucial en este escenario de expansión.

En este contexto de reactivación, la búsqueda de opciones asequibles se mantiene, y es posible encontrar oportunidades como la de pisos baratos en Durango, una localidad con un equilibrio entre servicios y entornos naturales. El mercado no se limita únicamente a las grandes capitales, sino que se extiende a municipios de tamaño medio, donde la calidad de vida y los precios más ajustados atraen a compradores y arrendatarios. Esta diversificación geográfica es un indicador de la madurez del mercado inmobiliario vasco, que busca satisfacer las necesidades de diferentes segmentos de la población, desde jóvenes que buscan su primera vivienda hasta familias que desean más espacio o inversores interesados en el alquiler.

Una de las principales razones del crecimiento inmobiliario es la solidez de su economía y su tejido empresarial. La región cuenta con un sector industrial robusto, una apuesta por la innovación y la tecnología, y un sector servicios en expansión, lo que genera empleo de calidad y atrae talento. Esta fortaleza económica se traduce directamente en una mayor capacidad de compra y en un aumento de la demanda, tanto para uso residencial como para inversión. Las empresas locales y extranjeras que eligen establecerse en esta comunidad contribuyen a un flujo constante de profesionales que requieren alojamiento.

Otro factor relevante es la baja oferta de vivienda nueva en relación con la demanda, especialmente en las grandes ciudades como Bilbao, San Sebastián y Vitoria-Gasteiz. Durante años, la construcción de nuevas promociones fue limitada, lo que generó un desequilibrio que ahora se intenta corregir. Este desajuste ha provocado un incremento gradual de los precios, pero también ha estimulado la rehabilitación y la regeneración urbana, revitalizando zonas céntricas y dotándolas de nuevos inmuebles con estándares de eficiencia energética y diseño moderno. La apuesta por la sostenibilidad en la construcción también es un punto a favor.

El atractivo como destino turístico y su calidad de vida también inciden en el mercado inmobiliario. La belleza de sus paisajes, su gastronomía reconocida a nivel internacional, su oferta cultural y la seguridad de sus ciudades son elementos que atraen tanto a residentes como a inversores. Este atractivo se refleja en el crecimiento del alquiler vacacional y en la compra de segundas residencias, dinamizando aún más el sector. En este sentido, desde la agencia inmobiliaria Fernando Uribe, señalan: “Las políticas de vivienda implementadas por las administraciones locales y regionales, aunque buscan garantizar el acceso, también influyen en el comportamiento del mercado”.

Datos actualizados de cierre del primer trimestre de 2024, según el Colegio de Registradores de la Propiedad, muestran que el precio medio de la vivienda libre en la región experimentó un aumento interanual del 4,5%. Además, el número de compraventas creció un 6,2% en comparación con el mismo periodo del año anterior, evidenciando la reactivación del mercado. Estos indicadores confirman una tendencia al alza, aunque con una moderación en el ritmo de crecimiento que sugiere una estabilización del mercado. La inversión extranjera también ha mostrado un interés creciente, si bien su volumen es menor que en otras regiones.

El futuro del sector se presenta con perspectivas positivas, sustentado en una economía robusta y una demanda constante. La clave radica en la capacidad de ajustar la oferta a las necesidades reales del mercado, promoviendo la construcción asequible y sostenible, y facilitando el acceso para todos los ciudadanos. La colaboración entre el sector público y privado será esencial para superar los desafíos y aprovechar las oportunidades que surgen. La dinámica del mercado, con su capacidad de adaptación y su respuesta a las necesidades de la población, es un reflejo de la resiliencia y el avance.

 

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