El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, ha reavivado las tensiones comerciales con Europa apenas unos días después del acuerdo alcanzado con la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen. En una entrevista concedida a CNBC, el mandatario republicano amenazó con elevar los aranceles a las exportaciones europeas del 15% pactado a un 35% si la Unión Europea no cumple con su compromiso de invertir 600.000 millones de dólares (aproximadamente 520.000 millones de euros) en la economía estadounidense, una exigencia reflejada en el reciente tratado comercial entre ambas partes.
“Se han estado aprovechando de nosotros tantos años que ya es hora de que paguen, y van a pagar”, aseveró Trump en declaraciones recogidas por medios internacionales. Según el presidente, la rebaja de los aranceles estadounidenses a productos europeos, anunciada hace menos de una semana y que reduce los gravámenes del 30% al 15%, está supeditada a que Bruselas materialice la gigantesca inversión en Estados Unidos acordada en las negociaciones de finales de julio.
El acuerdo también establece que la Unión Europea realice compras estratégicas de energía y otros bienes valoradas en 750.000 millones de dólares, incluidos gas, petróleo, energía nuclear y chips de inteligencia artificial estadounidenses —con el objetivo de disminuir la dependencia europea de proveedores como Rusia y China— así como un incremento de la adquisición de equipamiento militar estadounidense.
Trump fue tajante al aseverar que si la Unión Europea no cumple, “entonces pagarán aranceles del 35%”, dejando abierto el riesgo de una nueva escalada arancelaria a pesar de la tregua formalizada junto a Von der Leyen. La Comisión Europea, por su parte, suspendió esta semana las contramedidas previstas, buscando a última hora un espacio para terminar de negociar los detalles del acuerdo y evitar, al menos por el momento, una guerra comercial abierta.
Fuentes comunitarias reconocen, sin embargo, que no pueden garantizar la inversión prometida, ya que se trata de decisiones de empresas privadas y no de fondos públicos. Esta incertidumbre añade una dosis de tensión adicional a las ya complicadas relaciones comerciales entre Washington y Bruselas.
La advertencia de Trump, calificada por expertos como un mostrador de fuerza en la negociación internacional, llega justo antes de la fecha marcada para la entrada en vigor de los nuevos aranceles, prevista para este 7 u 8 de agosto según los medios especializados. Mientras la Casa Blanca mantiene su pulso, las capitales europeas contienen la respiración ante el riesgo de una nueva ola de tarifas comerciales que podría afectar a múltiples sectores estratégicos del continente.