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BBVA sigue adelante con la OPA de Sabadell pese al macrodividendo y las exigencias regulatorias

En el plano corporativo, BBVA justifica la operación por la fortaleza de sus resultados

  • BBVA

BBVA ha confirmado su intención de seguir adelante con la OPA (Oferta Pública de Adquisición) sobre Banco Sabadell, pese a las crecientes exigencias regulatorias, la venta de la filial británica TSB por parte del Sabadell al Santander y el histórico macrodividendo de 2.500 millones de euros aprobado por la entidad catalana para sus accionistas.

Desde la dirección de BBVA, el mensaje es claro: la operación tiene pleno sentido estratégico y responde a un criterio de creación de valor. “Invertimos capital sólo si tiene sentido desde esta óptica de creación de valor”, insistía el consejero delegado, Onur Genç, durante la presentación de resultados semestrales, en la que agregó: “Si no crea valor para los accionistas, no habrá OPA”. El presidente de BBVA, Carlos Torres, ha puesto el acento en que la integración con Sabadell permitiría al grupo escalar posiciones en el sistema financiero español y reforzar su posición competitiva, generando sinergias que la entidad cifra inicialmente en 850 millones de euros anuales, aunque tras los últimos movimientos dichos cálculos están siendo revisados.

En el plano corporativo, BBVA justifica la operación por la fortaleza de sus resultados —más de 5.400 millones de euros de beneficio hasta junio, con previsiones de alcanzar 49.000 millones hasta 2028— y por su capacidad de remunerar a los accionistas. La entidad dispone de 4.400 millones de euros de exceso de capital, lo que le permitiría mejorar, llegado el caso, las condiciones económicas de la oferta para hacerla más atractiva.

Desde el entorno económico y mediático español, la decisión de BBVA de persistir es vista como el último capítulo de una ofensiva que ya dura año y medio, marcada por un pulso estratégico y mediático. 

El Gobierno ha dado luz verde a la operación, aunque imponiendo condiciones inéditas en el sector financiero: ambas entidades deberán operar por separado —con personalidad jurídica y patrimonios propios— durante un mínimo de tres años, lo que prolongará cualquier proceso efectivo de integración hasta, como poco, 2028. El ministro de Economía, Carlos Cuerpo, defiende que estas restricciones son “proporcionales y equilibradas” y responden a “criterios de interés general”, incluidos el blindaje al empleo y el mantenimiento de la red de sucursales.

En este escenario, los análisis de mercado apuntan a que BBVA podría verse obligado a mejorar significativamente su oferta para conquistar el respaldo de los accionistas de Sabadell e imponer su proyecto de fusión, que sigue dividiendo a expertos y medios económicos. La partida está abierta hasta el último minuto.

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