La final en Arthur Ashe Stadium confirmó el dominio de Alcaraz sobre la nueva generación, firmando el tercer enfrentamiento consecutivo por un título grande ante Sinner, su rival directo en la élite. Desde el primer set, el español impuso ritmo y recursos, duplicando la cantidad de tiros ganadores respecto al italiano —42 frente a 21— y mostrando un servicio casi imbatible, perdiendo solo nueve puntos con el primer saque y siendo quebrado una sola vez en el encuentro.
Sinner luchó en el segundo parcial con precisión y potencia desde fondo de pista, pero Alcaraz nunca perdió el control del partido. En el tercer set, el murciano subió aún más la intensidad y superó al italiano por un abrumador 6-1, destacando en los intercambios largos y en la capacidad de variar velocidad, efectos y estrategia con lucidez absoluta.
La atmósfera estuvo marcada por una expectación máxima: figuras como Steph Curry, Bruce Springsteen y Pep Guardiola vibraron con el duelo, en una jornada demorada por la presencia del presidente estadounidense, Donald Trump, lo que obligó a incrementar la seguridad y retrasó la final unos 50 minutos. Lejos de distraerse, Alcaraz demostró temple y sangre fría desde el primer punto.
Un nuevo hito y récords históricos
Con este título, Carlos Alcaraz suma catorce “Big Titles” (Grand Slam, Masters 1000, ATP Finals y oro olímpico), convirtiéndose en el segundo jugador activo con más Grand Slams (seis), solo por detrás de Novak Djokovic. Lleva cinco grandes trofeos este año, y ha conquistado al menos dos títulos de tres de los cuatro “majors” existentes, quedándole Australia para completar el Grand Slam de carrera.
Su promedio de trofeos mayores es excepcional, solo superado por Djokovic y Nadal: ha ganado uno por cada 3.8 torneos disputados. Además, Alcaraz es el segundo tenista más joven de la historia (22 años, 125 días) en lograr seis Grand Slams, tan solo por detrás del legendario Bjorn Borg. En el pulso de la temporada, tanto él como Sinner se han repartido las cuatro coronas grandes, encadenando ocho “majors” consecutivos ganados entre ambos y rivalizando en cada superficie.
Ambición y autocrítica definen la reacción final de Alcaraz: reconoce el papel decisivo de su equipo y familia en el crecimiento personal y profesional, mientras fija como próximo objetivo el completar el Grand Slam en Australia. En palabras del propio Sinner, “hoy fuiste mejor” — señalando el respeto y la sana rivalidad que eleva el tenis hacia una nueva era de excelencia.
Alcaraz cierra el US Open como campeón, número uno, y símbolo de una generación que está reescribiendo la historia del tenis mundial.