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Descubren un sistema de fallas incipiente en el mar de Alborán con posibles riesgos sísmicos ocultos

Un estudio liderado por el Instituto de Ciencias del Mar revela una estructura tectónica en formación entre España y el norte de África

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  • © Campanya SUBSAINTES Flotte Océanographique Française -

Un equipo del Instituto de Ciencias del Mar (ICM-CSIC) ha identificado por primera vez un sistema de fallas incipiente en el mar de Alborán, una de las zonas tectónicamente más complejas del Mediterráneo occidental. El hallazgo, publicado en la revista Tectonics, abre nuevas vías para entender cómo se originan y evolucionan las fallas activas, con implicaciones directas para la evaluación de los riesgos sísmicos en esta región.

El estudio analiza con un nivel de detalle sin precedentes la estructura y morfología de un conjunto de escarpes submarinos situados a unos 60 kilómetros al suroeste de Almería. Según los investigadores, estas formaciones estarían vinculadas a un sistema de fallas de orientación norte-sur que se encuentra en las primeras etapas de desarrollo.

“Es como observar el momento en que una zona comienza a deformarse hasta convertirse, con el tiempo, en una falla capaz de generar grandes terremotos”, explica la geóloga Ariadna Canari (ICM-CSIC), autora principal del trabajo.

Un laboratorio natural bajo el mar

El mar de Alborán, donde convergen las placas Euroasiática y Africana, presenta una actividad sísmica moderada pero constante. Gracias al uso de tecnología avanzada —como un vehículo submarino autónomo (AUV)—, el equipo ha obtenido datos batimétricos de alta resolución que han permitido reconstruir las primeras fases del crecimiento de estas estructuras tectónicas.

“Las observaciones con el AUV nos ofrecen una resolución métrica excepcional, comparable a los estudios topográficos terrestres”, señala Sara Martínez-Loriente, coautora del estudio. “Esto nos permite estudiar la morfología del fondo marino con un nivel de precisión hasta ahora inalcanzable”.

Los resultados sugieren que la falla aún no está completamente desarrollada, pero ya presenta signos claros de actividad. Incluso, los investigadores no descartan que este sistema pudiera estar relacionado con el terremoto de 1910 que afectó a la localidad almeriense de Adra y se sintió en todo el sureste peninsular.

Ecos de un riesgo oculto

El análisis del equipo también apunta a que este incipiente sistema podría formar parte en el futuro de la falla de Al-Idrissi, responsable del terremoto de magnitud 6,4 que sacudió el norte de Marruecos en 2016. Esta conexión sugiere que el nuevo sistema detectado podría desempeñar un papel relevante en la dinámica tectónica del mar de Alborán.

Aunque la región no se considera de alto riesgo sísmico, los expertos advierten que podrían existir fuentes de sismicidad aún no identificadas.

“En zonas como el Mediterráneo occidental, donde la deformación es lenta, tendemos a pensar que el riesgo es bajo”, explica el investigador Héctor Perea (ICM-CSIC). “Pero pueden existir fallas desconocidas capaces de generar terremotos de magnitud superior a 6 cada varios miles de años”.

Implicaciones para la gestión del riesgo

El descubrimiento refuerza la necesidad de incorporar los datos geológicos submarinos a los planes de prevención y ordenación costera. “Comprender cómo crecen e interaccionan las fallas activas es esencial para anticipar posibles escenarios sísmicos y mejorar las estrategias de prevención”, subraya Canari.

El estudio destaca además la importancia de la colaboración interdisciplinar entre geología marina, geofísica y geomorfología. Esta combinación de enfoques permite entender mejor los procesos que modelan el subsuelo terrestre y, en última instancia, los terremotos que afectan a las poblaciones costeras.

Los investigadores aseguran que la metodología aplicada en el mar de Alborán podría emplearse en otras regiones marinas poco exploradas, como el sur de California o el mar Caribe, donde también podrían esconderse sistemas tectónicos activos aún por descubrir.

“Nuestros resultados no solo amplían el conocimiento sobre la geodinámica del Mediterráneo”, concluyen los autores, “sino que nos recuerdan que bajo la aparente calma del mar existen procesos lentos, constantes y poderosos que transforman el planeta y con los que debemos aprender a convivir”.

Fuente: ICM-CSIC

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