La práctica regular de deporte no solo fortalece el cuerpo, sino que también desencadena procesos bioquímicos que benefician directamente al cerebro. Así lo destacan especialistas de la Clínica Universidad de Navarra, quienes subrayan que la actividad física estimula la producción de sustancias que favorecen la creación de nuevas neuronas y contribuye a preservar la función cognitiva con el paso de los años.
La Dra. María Cruz Rodríguez Oroz, directora del Departamento de Neurología del centro sanitario, explicó que «durante el ejercicio, el músculo libera mioquinas que actúan sobre el cerebro y aumentan los niveles de la Brain Derived Neurotrophic Factor, una proteína fundamental para mantener activas las conexiones neuronales». Según señaló, esta acción repercute directamente en la memoria, la capacidad de aprendizaje y la resistencia frente a enfermedades neurodegenerativas como el alzhéimer o el párkinson.
Además, la especialista recordó que el deporte ejerce un potente efecto antiinflamatorio, lo que lo convierte en un aliado frente a los procesos degenerativos del sistema nervioso. «La inflamación es una de las vías más importantes por las que se desarrollan muchas enfermedades del sistema nervioso. Al mantenerla a raya, también se mejora la calidad del sueño, lo cual refuerza la protección cerebral», apuntó.
El beneficio del ejercicio es especialmente relevante en edades avanzadas. El Dr. Miguel Germán Borda, geriatra con dedicación preferente a la Neurogeriatría en la Clínica, advirtió de que «a partir de cierta edad, el músculo comienza a deteriorarse rápidamente si no se estimula». En su opinión, la actividad física —en especial la de fuerza— ayuda a frenar la pérdida de masa muscular, previene la fragilidad y reduce la dependencia.
No obstante, los datos del último barómetro deportivo del Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS) revelan que más de la mitad de los españoles no practica deporte con regularidad, una tendencia aún más acentuada en la población mayor. «Dejar a las personas mayores inactivas es un error. Su bienestar físico y mental depende, en gran parte, del movimiento», insistió Borda.
Bienestar psicológico y social
Los especialistas remarcan que los beneficios del ejercicio no se limitan al ámbito neurológico. También resulta eficaz en la regulación del estado de ánimo, gracias a la liberación de neurotransmisores como la serotonina y la dopamina.
Julen Arellano, residente de Psicología Clínica con especialización en Psicología del Deporte, destacó que «la actividad física favorece el bienestar emocional, permite desconectar de las preocupaciones, centrarse en metas alcanzables y reforzar la autoestima a través del progreso personal».
Asimismo, recordó que en los deportes grupales se suma un componente social que fomenta las habilidades interpersonales y el sentido de pertenencia, aunque incluso disciplinas individuales como el running ofrecen oportunidades de interacción.
En contextos de ansiedad, estrés o trastornos como el TDAH, el deporte puede tener un efecto terapéutico significativo. «En personas con hiperactividad, los deportes estructurados con reglas claras mejoran la atención y ayudan a canalizar la energía de forma saludable», añadió Arellano.
Los expertos, sin embargo, advierten sobre los riesgos del sobreentrenamiento y la presión excesiva ligada al aspecto físico. «El deporte debe formar parte de un estilo de vida saludable, pero sin convertirse en una fuente de presión», concluyó el psicólogo.