Osasuna tenía como objetivo parar la intensidad de ataque del Real Madrid en el estadio blanco y el plan del entrenador Alessio Lisci salió bien, a medias.
Sobre todo en la primera parte, donde Osasuna demostró ser un equipo muy rocoso en la defensa, ante un Real Madrid que intentó una y otra vez llegar a la portería de Sergio Herrera. Una defensa numantina que partía del plan de partido de no dejar espacios en el área a los blancos y aprovechar las oportunidades en ataque. Buen trabajo sin duda, la de los rojillos que taparon todos los huecos posibles.
Así, y pese a todo los rojillos llegaron al descanso con la portería a cero, y fue ya en la segunda parte, en el minuto 50' cuando el colegiado señaló un penalti a favor de Mbpappé en un golpeo con Juan Cruz que convirtio el nuevo 10 del Real Madrid.
A partir de ahi, el esquema fue otro, y Osasuna se vio obligado a abrir más los espacios, buscando más oportunidades, en un partido más abierto, aunque con escasas ocasiones para los rojillos. Sergio Herrera también tuvo un par de
Por si fuera poco, Abel Bretones que hizo un partido bastante completo fue expulsado en el tiempo del descuento por dar un codazo a un jugador merengue, en una decisión bastante discutible, aunque no fue revisada por el VAR (ya no se revisan este tipo de acciones de forma automatica).
En definitiva, Osasuna completó un buen partido ante un rival muy complicado, pero los fallos puntuales y la falta de acierto en las escasísimas ocasiones decantaron la balanza hacia el Real Madrid, que se llevó los tres puntos por la mínima. Ahora toca mirar al siguiente rival, al Valencia, que estrenará la temporada liguera en El Sadar.