Pamplona, 22 de agosto de 2025. El Waterpolo Navarra inicia una nueva etapa con el nombramiento de Iker Jáuregui como entrenador del primer equipo, que competirá en la 2ª División Nacional de la RFEN. Un técnico de la casa, formado en la estructura del club, que recoge el testigo de Manel Silvestre, referente indiscutible tras 18 años al frente del proyecto.
Silvestre deja un legado que va más allá de los resultados deportivos: crecimiento de la cantera, consolidación de una filosofía basada en el esfuerzo y el compañerismo, y una cultura que ha marcado a varias generaciones de jugadores. En ese mismo camino se ha formado Jáuregui, que pasó por todas las categorías de Waterpolo Navarra y conoce tanto la exigencia de la piscina como el pulso de la grada.
“Respeto y determinación” son las palabras que definen su llegada al banquillo. Su plan se apoya en tres ejes: una identidad táctica reconocible —defensa ordenada, transiciones rápidas y lectura inteligente en igualdad—, el desarrollo individual de los jugadores mediante programas personalizados, y una cultura de equipo cimentada en la honestidad y el liderazgo compartido.
El objetivo inmediato será competir con consistencia en la 2ª Nacional, dar un salto de calidad desde la cantera y reforzar el vínculo con la afición. “Ganar y formar van de la mano”, subraya el club en su hoja de ruta para la temporada 2025/26.
La trayectoria de Jáuregui es un ejemplo de continuidad: comenzó como entrenador infantil (2016-2017), vivió el alto nivel como jugador en División de Honor y 1ª Nacional, y en los dos últimos cursos dirigió al 9802 en la Liga Euskal Herria, experiencia que le ha curtido en la gestión de vestuarios y en la formación de jóvenes talentos.
El club anunciará en septiembre el calendario de entrenamientos, la plantilla definitiva y la fecha de inicio de temporada. Mientras tanto, el mensaje es claro: gracias, Manel; adelante, Iker. Una transición que une pasado y futuro con la misma pasión por el waterpolo.