La plaza Eguzki se llenó de color y música este miércoles con el txupinazo que dio inicio a cinco días de celebraciones en Berriozar. La sociedad Zulo Alai, en su 50º aniversario, fue la protagonista del lanzamiento del cohete, reconociendo su trayectoria como motor cultural, deportivo y de promoción del euskera en la localidad.
Tres socias, Pili Sangalo, Soraya Prat y Jose Elarre, tomaron el micrófono para dar paso al estallido con un grito unánime de «Gora Betikoak, Gora Zulo, Gora Berriozar». Los miembros de la junta encendieron la mecha, simbolizando el relevo generacional y la presencia femenina en una peña que forma parte del ADN festivo de Berriozar.
A pesar de las nubes y la amenaza de lluvia, cientos de vecinos asistieron al inicio de unas fiestas que incluyen más de un centenar de actos. Entre ellos, se destacan conciertos de rock, ska, punk o rancheras, bailes tradicionales, gigantes y cabezudos, vaquillas, comidas populares y talleres infantiles. La variedad de actividades promete mantener el espíritu festivo durante todos los días de celebración.
Más de un centenar de actos para todos los gustos
La jornada estuvo marcada también por los reconocimientos y premios previos al txupinazo. Por la mañana, el Ayuntamiento homenajeó a tres trabajadores jubilados este año: Jokin Moreno Rosón, de jardines; Francisco Javier García San Emeterio, profesor de guitarra; y María Luisa Catena Hervás, profesora de piano y lenguaje musical. Estos reconocimientos resaltan la importancia de la contribución de estos profesionales a la comunidad.
Asimismo, se entregaron los galardones del concurso de carteles de fiestas, con Jaione Mariñelarena Farea como ganadora absoluta. Este concurso es una tradición que busca incentivar la creatividad y participación de los vecinos, convirtiéndose en una parte integral de las celebraciones anuales. Los carteles ganadores son exhibidos durante las festividades, añadiendo un toque artístico al ambiente festivo.
Por la tarde, la corporación municipal posó junto a los niños y niñas nacidos en 2024, en un acto entrañable acompañado por la comparsa de gigantes, como prólogo perfecto al estallido festivo que ya recorre Berriozar. Este evento simboliza la continuidad y el futuro de las tradiciones locales, involucrando a las nuevas generaciones en la cultura festiva de la localidad.
