Navarra ve hoy más cerca su conexión directa con Cataluña gracias a la puesta en servicio del último tramo de la autovía A-22 entre Siétamo y Huesca, inaugurado este 1 de octubre por el ministro de Transportes y Movilidad Sostenible, Óscar Puente. Con una inversión de casi 69 millones de euros, los 12,7 kilómetros abiertos al tráfico completan la autovía entre Huesca y Lleida y consolidan el eje pirenaico como una gran alternativa al saturado valle del Ebro.
Para Navarra, el avance no es menor: supone reforzar el corredor estratégico Pamplona–Jaca–Huesca–Lleida, una infraestructura que, una vez concluida la A-21, permitirá una comunicación más fluida con Cataluña y, por extensión, con el arco mediterráneo y los mercados europeos.
Una apuesta estratégica para Navarra
El ministro Puente subrayó durante el acto que esta autovía “conecta Navarra, el País Vasco, Aragón y Cataluña con una infraestructura moderna, segura y eficiente”. Un mensaje especialmente relevante para la Comunidad Foral, cuyo empresariado agroalimentario y logístico ve en esta vía una salida más competitiva para el transporte de mercancías hacia el este.
Además, el proyecto favorece el turismo pirenaico y alivia la presión sobre la AP-68 y la N-121, corredores tradicionales del tráfico pesado en Navarra.
La culminación de la A-22 se suma a los avances en la A-21 (Pamplona–Jaca), donde el Gobierno central ha confirmado que en breve se formalizará la redacción del tramo Puente la Reina–Fago y que la Variante de Jaca saldrá a licitación antes de fin de año. Ambos pasos son claves para completar la autovía que unirá Pamplona con Huesca.
Un eje alternativo al valle del Ebro
El tramo inaugurado hoy incluye cuatro enlaces —Siétamo, Loporzano, Montearagón y la conexión con la A-23—, además de varios viaductos y pasos superiores que han permitido sortear la orografía y minimizar el impacto en el entorno natural y arqueológico. La actuación se presenta como una infraestructura sostenible, con revegetación en los taludes y mezclas bituminosas que reducen la contaminación acústica.
En palabras del ministro, “una autovía bien diseñada no solo es más segura y más rápida, también es más sostenible que una carretera convencional saturada”.
Horizonte cercano
Para Navarra, la noticia no es únicamente la apertura del nuevo tramo en Huesca, sino la constatación de que el eje transversal pirenaico, que une Pamplona con Lleida, avanza a buen ritmo. La conexión supone una alternativa real al corredor del Ebro y se perfila como una herramienta contra la despoblación, al tiempo que impulsa la movilidad ciudadana y la competitividad económica.
La Comunidad Foral queda, por tanto, cada vez más próxima a contar con un corredor completo hacia Cataluña, lo que abre nuevas oportunidades tanto en el ámbito empresarial como en el turístico.
Navarra mira a Lleida con más cercanía. Y con cada kilómetro de autovía, el Pirineo se convierte en un eje de vertebración cada vez más sólido para el norte de España.