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Gabriel Rufián ha protagonizadod un duro careo con el expresident Carlos Mazón en la comisión e la DANA, acusándole de mentir y ocultar información

Pamplona Actual

Un Osasuna sin ideas cae ante la Real Sociedad en El Sadar (1-3)

Pese a que Osasuna se adelantó en la primera mitad, los txuri-urdines supieron leer mejor el partido y darle la vuelta con contundencia

  • Un momento del encuentro -

El ambiente era de final en noviembre: cuatro jornadas sin ganar, Lisci muy cuestionado y la sensación de que el margen de error se había agotado. Osasuna respondió de inicio con energía, presión alta y ese punto de urgencia que se notaba en cada disputa, con Raúl García de Haro protagonizando las primeras ocasiones claras.​

Catena enciende la esperanza

Cuando el partido parecía igualarse, el balón parado volvió a ser el salvavidas rojillo. En el minuto 41, un córner botado por Moncayola encontró el cabezazo imponente de Alejandro Catena, que se elevó en el corazón del área para firmar el 1-0 y desatar el rugido de un Sadar que necesitaba creer. La diana del central hacía justicia al empuje local y parecía dar oxígeno a un equipo nervioso pero aún entero anímicamente.​

La remontada txuri-urdin

El descanso cambió el guion y la Real salió de la caseta dispuesta a resolver el examen que se le había atragantado en el primer acto. Brais Méndez empató en el 52 con un disparo que rebotó en Juan Cruz y descolocó a Sergio Herrera, un gol de esos que duelen por la sensación de fatalismo que transmiten. Seis minutos después, Gonçalo Guedes culminó la remontada con un zurdazo cruzado tras una buena acción de Oyarzabal, castigando la desorganización defensiva de un Osasuna que se quedó sin respuesta.​

El gol del año y el derrumbe

Con el 1-2 y Lisci moviendo el banquillo a la desesperada, Osasuna se volcó más con corazón que con ideas, empujado por una grada que se negó a rendirse. Rubén García rozó el empate en una falta al borde del área que se marchó rozando la escuadra, el último gran suspiro antes del golpe definitivo. En el 83, Ander Barrenetxea vio a Herrera adelantado y firmó desde el círculo central uno de los goles de la temporada, un derechazo que silenció El Sadar y puso la sentencia en el marcador.​

Un Osasuna sin alma, una Real que despega

El 1-3 deja una imagen preocupante de un Osasuna descrito ya como un equipo sin ideas,  incapaz de sostenerse cuando el partido se le pone cuesta arriba. La expulsión final de Arguibide no hizo sino agravar la sensación de descontrol y crispación en un conjunto que se asoma peligrosamente a la zona de descenso. La Real, en cambio, se estrena a domicilio, rompe su mala racha de remontadas y se coloca mirando hacia arriba con un fútbol maduro y pegada demoledora en la segunda parte.​

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