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Pano se acoge al silencio en el Senado sobre la trama de Koldo-Ábalos tras ratificar que entregó 90.000 euros en Ferraz

La empresaria María del Carmen Pano no respondió a ninguna pregunta de los senadores, alegando que declarar podría perjudicar su defensa judicial

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  • Carmen Pano en el Senado

La comparecencia de la empresaria María del Carmen Pano Sánchez ante la Comisión de Investigación del Senado sobre los contratos, licencias, ayudas y operaciones presuntamente vinculadas a la trama de Koldo García Izaguirre y otros protagonistas de la llamada Operación Delorme, se ha convertido en un acto tan esperado como frustrante para los miembros de la Cámara. Citada para aclarar su supuesto papel en la intermediación de contratos y las entregas de dinero en efectivo a la sede del Partido Socialista durante la pandemia, Pano se acogió —desde el primer minuto— a su derecho a no declarar.

“Con carácter previo al inicio de esta comparecencia, quiero anunciarles que, por indicaciones de mi dirección letrada, no voy a prestar declaración en la presente Comisión de investigación. Deseo, en primer lugar, y desde mi más absoluto respeto a esta Cámara y a todos sus miembros, pedirles disculpas por esta decisión”, comenzó la empresaria ante el desconcierto de los senadores. Pano recalcó que la investigación de los hechos por los que era llamada todavía sigue abierta tanto en el Tribunal Supremo como en la Audiencia Nacional, donde se le instruyen causas relativas al fraude en el sector de hidrocarburos y la entrega de distintos importes en metálico ligados al operador Víctor de Aldama, José Luis Ábalos y otros integrantes de la trama. “Me ratifico plenamente en las dos declaraciones prestadas ante la autoridad judicial competente”, zanjó.

La decisión de Pano, aunque prevista por las bancadas, no restó tensión a los turnos de los portavoces. La representante del Grupo Mixto le recordó que “usted ha hecho muchas declaraciones a los medios de comunicación y, por respeto también a esta Cámara, hay cosas que ha podido hablar en los medios mediante entrevistas que perfectamente podía aclarar aquí”. Preguntas sobre los 90.000 euros supuestamente entregados en dos visitas a la sede de Ferraz, la presunta compra de un chalet en la calle Atocha para el ministro Ábalos, los detalles de los contactos empresariales y las presiones recibidas para que rectificara su testimonio judicial, quedaron sin contestar. Pano se limitó a una breve intervención: “Entiendo que esta decisión se encuentra igualmente amparada en el hecho de que, si bien mi obligación es comparecer ante esta Cámara, también me asiste el derecho a no prestar declaración cuando entienda, como ocurre en este caso, que hacerlo puede afectar a mi defensa”.

El clima se fue enrareciendo a medida que los portavoces exponían —sin obtener respuesta— el calado de las revelaciones hechas por la empresaria en sus comparecencias judiciales y ante la prensa. Pano escuchó en silencio cómo se le planteaban interrogantes acerca del origen, destinatario y finalidad del dinero llevado a la sede socialista, sobre el papel de intermediarios, las conexiones con licencias de hidrocarburos o la existencia de “sobres” y pagos en efectivo para gastos del partido. El portavoz popular evocó, resignado, el contexto: “Yo le pediría que nos asentara si se ratifica en lo declarado en el Supremo y en la Audiencia Nacional, y entiendo que sí: que usted ha llevado dos bolsas con 45.000 euros a la sede del PSOE”. El Grupo Socialista, por su parte, insistió en desvincular al partido de la presunta trama y subrayó que “el único dinero que corre alegremente, probado por el Tribunal de Cuentas, es entre VOX y su fundación”.

La empresaria reiteró su negativa: “Les reitero mis disculpas y agradezco su comprensión. Escucharé atentamente todas las preguntas que deseen formularme, manteniendo, eso sí, mi disposición de no prestar declaración”, concluyó, forzando a los senadores a un interrogatorio unidireccional que, pese a lo infructuoso, puso en evidencia la presión judicial y mediática que envuelve al caso. La crónica de la sesión, por tanto, retrata no solo a una compareciente parapetada en su derecho de defensa, sino también la creciente frustración de la Cámara ante una de las piezas clave —aunque silente— de la Operación Delorme- en este caso tanto en la pieza de los Hidrocarburos, donde es una de las principales imputadas junto a su ex yerno, Aldama, que ha derivado además en el conocido como 'Caso Koldo-Ábalos-Cerdán'. 

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