El pasillo de refrigerados de cualquier Mercadona ya no es lo que era hace una década. Aquel lineal de yogures blancos de siempre, natillas clásicas y leche entera sin más aditivos se ha convertido en el epicentro de un fenómeno que está cambiado los hábitos de consumo en España: la fiebre por las proteínas. Y Mercadona, tan atenta a las demandas de sus clientes, ha respondido con una gama cada vez más amplia, versátil y asequible, que se ha consolidado como una de las más completas del mercado bajo el sello Hacendado.
En un tiempo en que el cuidado de la salud, el deporte y la alimentación consciente son tendencia, la cadena valenciana ha sabido democratizar el acceso a los productos ricos en proteínas. Ya no se trata solo de lo que busca el aficionado al gimnasio o el runner de fin de semana; hablamos también de familias, estudiantes y trabajadores que incorporan estos alimentos como opción práctica para cualquier momento del día.
Del cacahuete al yogur: los grandes favoritos
Entre los “favoritos del consumidor” destacan apuestas que combinan funcionalidad, sabor y precio contenido. Uno de los productos más singulares es, sin duda, el cacahuete en polvo desgrasado. Con 14 gramos de proteína por cada 30 gramos, esta opción se ha convertido en un comodín culinario: permite enriquecer un batido, dar un toque distinto a unas tortitas de avena o espolvorear sobre un yogur sin añadir el exceso de grasa que caracteriza a los frutos secos tradicionales. Cada envase de 200 gramos abre un abanico de posibilidades tanto para deportistas como para quienes simplemente buscan un plus nutritivo en su día a día.
Pero si hay un terreno donde Mercadona pisa fuerte es en el de los lácteos enriquecidos. Su leche +Proteínas, desnatada, sin lactosa y con calcio añadido, ha conquistado las neveras de miles de hogares. La propuesta es sencilla: un producto básico, accesible en precio, pero reinventado para satisfacer la creciente demanda de proteínas de calidad sin renunciar a la digestibilidad.
No se queda atrás el capítulo de los batidos, disponibles en chocolate y vainilla, que aportan nada menos que 26 gramos de proteína, además de vitamina B6. Estos batidos sin lactosa funcionan tanto como alternativa de desayuno exprés como recuperador tras una sesión de entrenamiento. No es extraño verlos desaparecer de las estanterías a primera hora de la mañana, prueba del tirón que tienen entre perfiles muy diversos de consumidores.
Yogures en todas sus formas
El yogur, alimento tradicional en cualquier nevera española, ha vivido su propia reconversión proteica. Mercadona ofrece dos líneas diferenciadas: líquidos y de cuchara.
Los líquidos +Proteínas, disponibles en sabores como tropical, fresa o plátano-açaí, ofrecen 20 gramos de proteína por cada botella de 280 gramos. Ligeros, prácticos y con cero grasa, han encontrado su hueco en desayunos rápidos y meriendas de oficina, compitiendo incluso con el clásico café para llevar.
En paralelo, los yogures sólidos o de cuchara presentan 10 gramos de proteína en cada unidad, con un abanico de sabores que viaja del mango con maracuyá al arándano o el coco, sin olvidar el siempre recurrido yogur natural, también disponible en un práctico formato de medio kilo. Packs que encajan igual de bien en la lonchera de un estudiante universitario como en la despensa familiar.
El dulce también se pone en forma
La mayor sorpresa, sin embargo, está en el terreno del postre. Mercadona ha logrado una verdadera proeza: llevar la proteína a la repostería de siempre. La gama incluye desde un suave mousse de chocolate con 10 gramos de proteína por cada 100 gramos, hasta natillas de vainilla o de chocolate enriquecidas. Incluso propuestas tan tradicionales como la gelatina de frutos silvestres o el flan de huevo han sido reformuladas con contenido proteico, alcanzando entre 10 y 12 gramos por ración.
La idea es clara: si el consumidor busca caprichos dulces pero sin renunciar a un alimento que le aporte valor nutricional, aquí los tiene al alcance de la mano y sin sobreprecio respecto a la repostería clásica. Esta fórmula ha conseguido fidelizar no solo al público joven, familiarizado con el “postre fitness”, sino también a generaciones mayores que ven atractiva la opción de cuidar la alimentación sin renunciar al sabor de siempre.
La proteína como estilo de vida
Los expertos coinciden en que la clave del éxito de esta gama no está únicamente en el nutriente en sí, sino en la versatilidad de formatos. Desde un helado de plátano con trozos de brownie y 9 gramos de proteína por ración, hasta el ya mencionado cacahuete en polvo, la oferta se adapta a cualquier momento del día: desayuno, tentempié, postre de sobremesa o recuperación tras el entrenamiento.
Para muchos, la proteína ha dejado de ser una obsesión de deportistas para convertirse en una herramienta cotidiana de bienestar. Mercadona, con su estrategia de “escuchar al jefe” —como llaman internamente al cliente—, ha sabido leer mejor que nadie esa transformación cultural en la mesa española.
Hoy, recorrer el lineal de +Proteínas en uno de sus supermercados equivale a leer un mapa nutricional en clave popular: desde alternativas vegetales hasta postres golosos reformulados, pasando por básicos como la leche o los yogures. Todo ello bajo un denominador común: accesibilidad y equilibrio entre cuidarse y disfrutar.
En definitiva, los productos más demandados de la gama, con los batidos, los yogures y el cacahuete en polvo en cabeza, son ya parte de una nueva normalidad alimentaria. Una que combina la tradición del supermercado de barrio con la modernidad de las tendencias nutricionales globales. Y es ahí donde Mercadona ha sabido situarse como actor protagonista, marcando el ritmo de lo que compramos y, cada vez más, de cómo entendemos nuestra relación con la comida.